viernes, octubre 01, 2004







El misterio de la pirámide.

(Os pido eternas disculpas por todo este tiempo sin postear, sucede que mis superiores han decidido no continuar con este proyecto abierto, ya que les ha acarreado problemas legales con los patrocinadores y beneficiarios privados, por lo tanto me han ordenado suspender el reclutamiento y divulgación en todas sus formas.
Inútiles fueron todos mis esfuerzos para, por lo menos, terminar dignamente mi relato, tan solo me dieron la venia para cerrar este capítulo lo más sucintamente posible.
Quiero deciros que comparto el mismo sentimiento de frustración, en mi corazón, que vosotros
.)

El misterio de la pirámide


Decidimos buscar en el lugar donde había desaparecido nuestro compañero, la pirámide trunca. Guiados por Rachiel llegamos al pie de la misma, la rodeamos varias veces y se veía igual a todos los otros cuerpos, sólida y sin ninguna grieta, en un intento por trepar hasta su cúspide, Sachiel, se encaminó hacia ella desapareciendo ante nuestros ojos, desaforados lo imitamos, hasta que uno en uno estuvimos todos dentro, allí estaba Amabiel en un estado de hipnosis profunda, casi cataléptica, sentado sobre nada, o mejor dicho levitando en una posición como sentado. Le hablamos pero no nos contestaba, intentamos tocarlo pero una especie de campo de fuerza nos lo impedía, repeliendo nuestra mano. Dentro se encontraban infinidad de objetos.
Uno a uno fuimos cayendo en un profundo trance y como en un sueño vimos todas las etapas de la humanidad hasta nuestros días, toda nuestra historia estaba allí, pasada y futura, pero solo podíamos acceder a ella en el período anterior al siglo 21. La demás nos estaba vedada.
Allí supimos que esta inmensa semiesfera donde nos encontrábamos, era un enorme museo holográfico. Que habíamos viajado más allá del tiempo, y que no teníamos retorno con nuestro obsoleto vehículo, ya que la Tierra ya no existía desde hacía mucho y menos nuestro superordenador terrestre, encargado de re-materializarnos. Pero vosotros os preguntaréis como seguíamos con vida, pues en el futuro se sabía de nuestro primer viaje y los precavidos habían dispuesto un módulo en este museo para suplir a nuestro extinto superordenador, solo tuvimos que acoplar este módulo a nuestra nave para poder viajar a nuestro primigenio destino.
Es así, como pudimos volver a la primera década del siglo XIII y luego a nuestro tiempo...

Bien he resumido caóticamente la historia, pero eso fue lo que me decretaron. Lamento enormemente que haya sido de esta forma. De todos modos seguiré bregando para que mis superiores reconsideren esta orden. Os pido infinitas disculpas por dejaros así. Y por los sentimientos de vacío que pueda dejar en vosotros. Perdón.
Si me permitís quisiera recomendaros un librito que se difunde gratuitamente por Internet y que podría prepararos para la inminente fusión de nuestro universo 3D con la cuarta dimensión. En él se describen muchos procesos y verdades que hasta hoy estaban ocultas para la mayoría, entre algunos pocos yerros de mínima importancia. Os aclaro que no tengo nada que ver con sus editores ni autores, pero lo he leído y he encontrado explicaciones que si bien son rudimentarias, a veces coinciden y otras se acercan a la realidad de los entramados dimensionales del universo.
El libro en cuestión se titula
“UN MANUAL PARA LA ASCENSIÓN” de “Serapis”. Podéis usar un buscador como el que hay en esta página para encontrarlo, introduciendo simplemente el título ente comillas. Si podéis, descargadlo en vuestro ordenador pues es un poco largo para leerlo en línea.
También quisiera pediros que, si es vuestro gusto, os apuntéis en el grupo de yahoo que figura a la derecha de este blog,
“Te cedo la palabra” y emitáis vuestras opiniones, a fin de presionar a los responsables de este proyecto a que sigan difundiéndolo.

Bueno solo me queda despedirme, por ahora, de vosotros y agradeceros por haberme seguido con tanto entusiasmo.
Os dejo transitoriamente, con un deseo: “Que la Suprema e Infinita Inteligencia guíe todos vuestros actos y los de todos los que os rodeen”.
Adiós.





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