domingo, mayo 30, 2004

Apuntes de la peregrinación.

El lunes lo agotamos íntegramente con los dos primeros viajes en los diferentes vehículos, en ellos fuimos bosquejando nuestros mapas.
La travesía a pié comenzó el martes al mediodía, luego de un buen descanso.
Descender del Bogda Fen por su ladera sur hasta Yanhu nos llevaría toda la tarde y necesitaríamos un par de días para recuperarnos, por eso decidimos cambiar el equipo de alpinismo por sendos parapentes y así descender más rápidamente, el riesgo era alto pero, si queríamos estar a tiempo para la misión, no teníamos alternativa. El contraste de las temperaturas heladas de las alturas, y las del desierto, resultó menos abrupto al alcanzar la ciudad de Yanhu al atardecer.
Luego de tomar un frugal refrigerio y desembarazarnos de las ropas térmicas, nos pusimos en marcha para aprovechar la frescura prodigada por las sombras de la noche.
Después de 4 horas de andar con las vías del ferrocarril a nuestra izquierda dejábamos atrás el poblado de Dabancheng y una hora después el de Hougou.
El amanecer nos sorprendió entrando en Baiyanghe. Exhaustos, y con los pies hinchados y doloridos buscamos a nuestro contacto en la ciudad, Ilham Turgun ya nos tenía preparado el desayuno y unos cómodos lechos donde recuperarnos, luego de una refrescante ducha.
Llegar a Turfán, apurando el paso, nos llevaría unas doce horas de traqueteo, por ello le pedimos a nuestro anfitrión que nos despertara y nos tuviera lista la cena para las 18 horas. Desde aquí no volveríamos a cruzar un poblado hasta llegar a destino, a algunos de mis compañeros esto los inquietaba.
Desperté con el sonido de aquel simpático gong en el que había reparado al ingresar en el living de la estancia, y que, ahora, no me resultaba tan simpático.
Tardé varios minutos en movilizar mis entumecidos músculos, luego descubriría que no era el único con el cuerpo molido. Una ducha caliente, unos masajes a cargo de Kitanna no lograron el efecto que yo esperaba, los dolores seguían allí. A pesar de ello la función debía continuar, por ello después de cenar, nos despedimos de esta gente tan gentil y continuamos la travesía.

En la ruta de la seda.

Después de haber desafiado a los demonios de Taklamakan en nuestro entrenamiento y haber salido con vida, estábamos más que preparados para recorrer estos tortuosos 150 km hasta Gaochang en la depresión del Turfan.
Nuestra base se encontraba a los 43º 49’ de latitud Norte y 88º 21’ de longitud Este y debíamos llegar a los 42º 58’ N; 89º 10’ E. Para ello contábamos con el GPS, pero quién nos aseguraba que éste sistema existiera en el futuro, por tal motivo cada uno de nosotros debía dibujar un mapa, a su manera, tomando nota de todos los accidentes geográficos del camino que, a nuestro juicio, pudieran perdurar en el tiempo. El uso de la brújula podría haber sido útil, pero tampoco queríamos arriesgarnos ante la posibilidad -remota sí, pero no inexistente- de un cambio en el equilibrio giroscópico del planeta, en la época del “desembarco”.
Para sortear el calor y los vientos ardientes viajamos de noche como lo hacían las antiguas caravanas de mercaderes. Éstos, se enfrentaban con igual pavor a las leyendas que hablaban de monstruos que a las altas temperaturas, a pesar de esto, solían viajar de noche aunque los espíritus malignos fueran más activos.
Dos largas noches nos tardamos en llegar a Turfán, legendario oasis de la Ruta de la Seda. Esta región es exactamente el centro de Asia, el punto del mundo más alejado del océano. Es sorprendente descubrir que todo este desierto se encuentra por debajo del nivel del mar, es una de las depresiones más profundas del mundo y el lugar más caluroso de China. Sólo superada por la depresión del mar Muerto, en cuanto a profundidad.
Llamada Huozhou, Tierra de Fuego, en la antigüedad; Turfan sería un lugar inhóspito de no ser por los karez, una de las obras de ingeniería más geniales del mundo. Los karez son una red de túneles subterráneos de varios kilómetros de longitud que traen el agua de los cerros cercanos.
Gracias a estos canales construidos hace muchos siglos (algunos fueron construidos hace más de 2000 años); Turfan es un verdadero oasis. Hay cerca 500 y todos juntos suman más de 1.600 kilómetros de túneles, todos excavados con el desnivel justo para llevar el agua de las montañas a los campos. Algunos llegan a medir más de 40 Km.

sábado, mayo 29, 2004

Liando los bártulos: un poco de logística.

Disponer de recursos en un futuro incierto era otra de las previsiones a tener en cuenta, un buen equipaje nunca estaba de más, sobre todo no teniendo referencia alguna sobre nuestro sitio de “aterrizaje”.
Hemakatl no disponía de espacio suficiente para albergar todo el bagaje que podríamos necesitar para cubrir todas las eventuales situaciones que se nos pudieran presentar en un futuro incierto.
Por este motivo, los organizadores de esta ostentosa empresa decidieron ordenar a los científicos buscar una solución en este tema.
Y no se hicieron esperar, luego de múltiples estudios y enfervorizadas discusiones, llegaron a la decisión de ocultar en tierra los bultos, lógicamente, el lugar debería estar cerca del sitio de aterrizaje y presentar ciertas características tendientes a la mejor conservación de los objetos, amén de no despertar curiosidad a los potenciales saqueadores.
El terreno elegido para almacenar furtivamente nuestros enseres fue un lugar prácticamente inaccesible, en las ruinas de Gaochang.
Gaochang, ciudad fantasma al pie de las Montañas Ardientes, fue la metrópoli de un pequeño reino en el desierto en el que existían monasterios budistas y escuelas de ética china. Gran parte de la ciudad antigua está completamente destruida.
Como es de suponer, nosotros, los viajeros, debíamos poder llegar hasta este lugar con los ojos cerrados, tanto es así que nos vimos obligados en los días sucesivos a recorrer el trayecto desde el punto de despegue hasta allí, varias veces, primero en helicóptero, luego en un todo-terreno, después a pié...

miércoles, mayo 12, 2004

Tengan Paciencia.

He sufrido un pequeño accidente, lo que me imposibilitará, por unos días, actualizar el Blog, mientras tanto pueden anotarse, los que quieran participar de esta aventura de viajar al futuro.
A la brevedad estaré de nuevo con mi relato, y, para que no se aburran, les dejo un vínculo a una página de “Viajes virtuales gratuitos”, donde se pueden apreciar fotografías de los alrededores de nuestro lugar de despegue.
Tengan paciencia, ya pronto estaré otra vez por aquí, si Dios quiere.

La página principal es: http://berclo.net/page97/97es-china&ex-ussr.html

La página del lugar más cercano a donde estuvo nuestra base es:
http://berclo.net/page97/97es-china-15.html

Si quieren saber más acerca de motores cohete pueden visitar esta página:
http://www.upv.es/satelite/trabajos/Grupo3_98.99/a5/arq.html

Nota: Si te interesa este blog, por favor házmelo saber, dejando algún comentario, aunque solo sea una carita feliz. Gracias


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lunes, mayo 10, 2004

Domingo, 4 de Agosto.
Nuestro día de descanso, tal vez el último pensamos todos, pero nadie se atrevió a decirlo. Dispuestos a disfrutarlo al máximo, echamos mano de todos nuestros ahorros y nos levantamos mucho antes de la salida del sol, el tiempo suficiente para verlo salir mientras desayunábamos en la ciudad ferroviaria de Ganhezi, esperando el tren que nos llevaría a Urumqi, capital de la Región autónoma uigur del Xinjiang, una ciudad muy industrializada, rodeada de pozos de petróleo.
La metrópoli, emplazada en un oasis muy fértil, en la árida ladera norte del Tian, contaba con alrededor de un millón de habitantes, en su mayoría islámicos, por dicha razón abundaban las mezquitas. Viejo paso de las caravanas que pululaban por el Asia central, denotaba un notorio contraste de razas entre sus pobladores.
Nuestro primer destino fue el mercado, tipo feria persa, donde nos surtimos de toda baratija que nos llamase la atención, pagando, se me antoja, precios exorbitantes por las mismas, dado las sonrisas de triunfo que expresaban los puesteros.
Almorzamos, después de mucho caminar, en un restaurante chino, que se me ocurre debió ser el único en esa ciudad. Con el idioma se nos complicaba muchísimo, a pesar de tener un experto en idiomas entre nosotros, la lengua uigur predominante en estas latitudes, nos era totalmente desconocida, por lo tanto debimos arreglarnos con el inglés.
Por la tarde decidimos divertirnos en una cantina, mezcla de café musical, peña folclórica y casa de citas. Laúdes y violines majestosamente ejecutados por músicos kazakos, mientras voluptuosas bailarinas tártaras interpretaban una frenética danza entre vapores de alcohol y exclamaciones de tono lascivo. La música tradicional dejo paso a los sones más occidentales, mientras la iluminación decrecía y las danzarinas tártaras eran reemplazadas por damas de diversos orígenes que invitaban a bailar a los apabullados parroquianos.
En la estación de tren nos fuimos reuniendo de a uno en uno, algunos llegamos antes, otros después, algunos con tanto licor en sus venas que no podían mantener la vertical, pero todos con la cara de satisfacción que le deja un pequeño recreo, luego de muchos meses de respirar soledades en el desierto.

domingo, mayo 09, 2004

Fin de la jornada.
Otro tema demasiado complejo de explicar y sobre el cual no se me permite dar mayores detalles, es el mecanismo que nos permitiría saltar en el tiempo, solo les diré que este sistema tenía dos partes fundamentales una en la nave y otra en tierra.

Un láser atómico desde el trasbordador crearía un túnel de plasma a través de la atmósfera, ionizando el camino para que el haz de radiación electromagnética, emitido por un generador en tierra, por medio de algo parecido a una antena parabólica enorme, consiguiera alterar el campo ionizado que rodeaba la nave, creando una anomalía controlada en el continuo espaciotemporal, al mismo tiempo la supercomputadora terrestre generaría el mapa molecular muy rápidamente, almacenándolo de forma muy segura para que estuviera allí e invertir el proceso en el futuro. Una vez generado el mapa se iniciaría el proceso de dispersión molecular, luego un pulso electromagnético de gran potencia provocaría la inversión de masa del conjunto viajero y su transformación a energía lumínica en forma de fotones, antes que estos fotones se liberaran escapando en todas direcciones, la anomalía sería ensanchada para absorberlos muy rápidamente, (estamos hablando de velocidades siderales). Un proceso inverso se llevaría a cabo en el futuro. Debo aclararles que todo el espacio utilizado para este proceso una vez comenzado éste, ya estaría en el futuro, o sea todo se llevaría a cabo en este mismo instante, cuando el generador de tierra terminara el proceso, hemaktl y todos nosotros ya estaríamos en el futuro con nuestra estructura molecular restaurada.

Un simple observador en la tierra solo hubiese visto una nave que de pronto se transforma en luz e implosiona muy rápidamente, desapareciendo.

Previo a todo este proceso, existía una fase de “limpieza”, en la cual se esterilizarían y barrerían todos los cuerpos extraños tanto dentro como fuera de la nave, creando un vacío que se extendería hasta 10 cm en torno al trasbordador, para este proceso se utilizaría la membrana incandescente y el sistema de inversión magnética, de allí la necesidad de utilizar cápsulas presurizadas para mantener nuestros procesos biológicos activos durante el transcurso del mismo.

Las pruebas habían concluido con éxito, solo faltaban algunos pequeños ajustes, de los que se encargarían los técnicos.

Las penumbras ya inundaban los valles lejanos, y una leve nevada había comenzado a caer, mientras nuestro grupo se preparaba para la cena. La satisfacción se reflejaba en los rostros de mis compañeros y una leve sonrisa se dibujaba, velada, en la fisonomía del general.

sábado, mayo 08, 2004

Las pruebas
La mañana del 3 de agosto se presentaba templada, los vientos habían disminuido en intensidad, los trabajadores locales habían desaparecido, la tripulación completa descendimos al foso para comenzar con los ensayos, cuatro rieles magnéticos de acero fueron montados a lo largo de todo el conducto, para mantener la estabilidad del trasbordador en su ascenso hacia el exterior, detrás de uno de ellos se había instalado un montacargas que nos permitía el ascender y descender, si en la cima del pico faltaba el aire, aquí ni existía, todos debimos echar mano de nuestras máscaras de oxígeno.
La primera fase fue probar durante una hora el “panal de abejas” así le llamábamos a los nichos presurizados que nos servirían de habitáculo protegido para el viaje a través del tiempo, y para que nuestros cuerpos soportasen la aceleración inicial, sin sufrir las consecuencias.
El sistema de animación suspendida era demasiado complicado para explicarlo en unas pocas líneas, pero intentaré resumirlo en pocas palabras, durante el viaje en la atmósfera y el posterior salto en el tiempo, nuestro cuerpo debía soportar cambios bruscos que de no ser por este sistema hubiera resultado imposible tolerar. Nuestros cuerpos eran conectados al ordenador mediante sensores, luego nos sumergíamos en una sustancia gelatinosa, cuya consistencia podía ser variada a voluntad por el ordenador debido a una particularidad que ésta posee de cambiar su consistencia de acuerdo a la carga eléctrica que se le aplique. El receptáculo, además, contaba (y lo digo en pasado porque esto, hoy, no lo usamos más: ya no es necesario) con una cámara intermedia de aire a presión, a grandes rasgos, todo el sistema era un gran amortiguador y nuestro cuerpo el émbolo.
Si esto te resulta difícil de entender, más aún, te parecerá lo que sigue: Durante el salto en el tiempo. Cada átomo de nuestro cuerpo se transforma en fotón, esos fotones tienen que ser contenidos para su posterior reconversión en átomo, o sea, la materia desmaterializada, debe ser reconvertida a su estado primigenio, para ello el “mapa” molecular de nuestros cuerpos, nave, computadora y todo lo que viaje, se debe mantener en algún lugar sin que sea alterado, por lógica ese mapa no puede estar en la nave, es por ello que toda esa información se encuentra en un superordenador atómico fuera de la nave, en un lugar secreto y muy bien resguardado, capaz de soportar el paso de muchos años sin sufrir deterioro, no olvidemos que cuando lleguemos al futuro, 100, 200 o 300 años después del lanzamiento tendrá que seguir funcionando, porque, de no ser así nuestras partículas serían esparcidas por todo el universo, al no haber un sistema que revierta el proceso, desapareceríamos.
No entendiste ni jota, ¿verdad?
Pues, hagamos una burda comparación, suponte que tienes una taza llena de hielo en la nevera, el hielo contenido en la taza tiene una forma. Luego la descongelas y se transforma en agua, la metes otra vez en el congelador y vuelve a transformarse en hielo con la misma forma. Ahora suponte que al descongelarla se rompe la taza, el agua se desparramaría y ya no podrías volver a transformarla en hielo con la misma forma. Algo similar sucedería si la computadora que queda en tierra se rompiese.
Bien, las pruebas de las cápsulas habían sido satisfactorias, ahora faltaba probar el sistema de propulsión.

Siguen las pruebas


Los análisis del sistema de propulsión primaria no trajeron mayores inconvenientes, el reactor JT9D-3, con una fuerza empuje en el despegue de unos 20.000 kg y unos 3850 kg de peso, funcionaba de maravillas. Este sistema primario era el encargado del primer empuje hasta salir del túnel, en una etapa secundaria criotécnica, fuera del túnel, se pondría en funcionamiento un poderoso motor-cohete Vulcain, de combustible líquido, Oxigeno e Hidrógeno en una relación de 5:1. Esta segunda etapa no podía ser comprobada por pruebas, debíamos confiar en los cálculos de nuestros técnicos e ingenieros. Este nos permitiría alcanzar las últimas capas de la estratosfera, a unos 50 km sobre el nivel del mar.

En la medida que ascendemos la temperatura desciende y también la presión atmosférica, a los 10 km de altura tenemos temperaturas que rondan entre los 50 y 80 grados centígrados bajo cero, si seguimos subiendo la temperatura se mantiene, más o menos constante hasta que entramos en la capa de ozono donde empieza a subir, en los límites superiores de la estratosfera, alrededor de los 50.000 m de altura, la temperatura es casi igual a la de la superficie terrestre, aunque la presión es considerablemente menor. Más allá de esta altura la temperatura empieza nuevamente a descender bruscamente.

Para que todos nuestros delicados instrumentales, funcionasen a la perfección, esta era la temperatura ideal, amén, de que a esta altura estábamos protegidos, aún, de la radiación ultravioleta, los rayos X y la lluvia de electrones procedente del Sol, presentes en las capas superiores.

La etapa secundaria se descartaría después de su uso, y nos quedaría solo la primaria para mantener la altura durante el salto en el tiempo, y el posterior descenso en el túnel, ya en el futuro. Ante un eventual problema, teníamos una autonomía de vuelo de 2 horas para buscar otro punto de descenso.

Ahora, imaginen el riesgo que corrimos estos primeros viajeros, pues, de no encontrar una civilización tecnológicamente similar o superior a la nuestra en el futuro, no hubiésemos podido volver, ya que no teníamos un motor cohete para la vuelta. Si bien nuestros científicos intuían que existían científicos tanto o más avanzados que los actuales, ya que en innumerables pruebas mandaron partículas subatómicas al futuro y estas retornaron dando la pauta que habían sido reenviadas a nuestro tiempo por los científicos de años posteriores, igualmente fue como jugar a la ruleta rusa.

Gracias a Dios todo se cumplió como predecían los hombres de ciencia.

Después de muchos estudios se concluyó que el mejor punto hacia donde saltar era la primera década del siglo XXIII, ya que en el laboratorio especial acoplado al acelerador de partículas subatómicas del Instituto de Química Nuclear de Uppsala, en Suecia; se enviaron partículas a distintos puntos en el futuro repetidas veces, y el punto desde el cual siempre regresaron fue ésta primera década del s. XXIII, razón por la cual se le dio la calificación de punto de salto más confiable.

Para serles sincero, yo no creía ni un ápice de todo esto, no me imaginaba cómo, un corpúsculo tan diminuto, invisible a la observación directa, podía darnos la seguridad que en la otra punta había alguien, pero no me importaba, solamente por el hecho de poder satisfacer mi curiosidad, estaba dispuesto a ofrendar lo que fuera, incluso mi vida.

viernes, mayo 07, 2004

En la cima


Después de varias horas de ascender uno a uno nos reunimos todos en la cima del pico, una multitud de trabajadores locales ataviados con gruesas túnicas y pieles se movían lentamente demoliendo y acarreando rocas, para mi asombro, la casi totalidad de estos jornaleros no eran chinos sino turcos, o mejor dicho “uigures" (tribu turca que habita en Asia central)
Según testimonios antiguos, los uigures, entonces denominados yuechi, se aliaron en el siglo VII con la dinastía china Tang, para invadir Mongolia, se establecieron allí por unos 140 años hasta que fueron expulsados de allí por los kirguiz, entonces los uigures fundaron dos reinos en el noroeste de China, uno en la provincia de Gansu y el otro en la parte oriental de la provincia de Tian Shan. Actualmente, los uigures constituyen la mayor parte de la población de Xinjiang.
Ya en el cuarto de control, mitad excavado en la montaña, mitad tienda de campaña, nos recibió el general, en su rostro subsistían muecas de preocupación por la falta de comunicación con nuestro grupo desde el día anterior.
Después de ofrecernos café con unas gotas de aguardiente, nos condujo a nuestros aposentos mientras nos ultimaba detalles de la misión.
Dormimos como osos invernando y hasta nos salteamos la cena, demolidos por el cansancio, ni el viento, ni la nieve ni el ruido de las excavadoras que no cesaban en ningún momento, lograron perturbarnos.
En la mañana, luego de un opíparo desayuno, nos ocupamos de recorrer la magnificencia del faraónico trabajo que llevaban a cabo, trabajadores, arquitectos, ingenieros, técnicos y científicos.
Una de mis dudas era como podríamos despegar el trasbordador con los fortísimos vientos de estas cumbres, pues, el ingenio de esta gente logró que mi mandíbula inferior descendiera hasta tocar mi pecho y se mantuvo así por largos minutos, a pesar del frío reinante.  
Una galería vertical en forma de tubo, ahuecada en la roca, de unos 30 pies de diámetro. Perfectamente cilíndrica, caía a plomo hasta una profundidad de unos 300 largos metros, al fondo del profundo pozo se encontraba Hemakatl iluminada con potentes reflectores, aparecía minúscula, como un juguetito de chocolatín sorpresa, el grupo de técnicos que la rodeaba me recordaron a hormigas descuartizando un escarabajo en el fondo del hormiguero.
Este pozo, o tubo excavado en la roca haría de lanzadera para nuestro vehículo, maravillosa aunque excéntrica idea.

jueves, mayo 06, 2004

La partida hacia el monte Bogda Fen


La partida hacia el monte Bogda Fen .

La madrugada del miércoles 31 de julio de 1985, nos despertó el tronar de las aspas de los AH-64 Apache. El deber nos llamaba y ya no había marcha atrás. Un sudor frío recorría mi espalda, mezcla de ansiedad y temor frente a lo desconocido, pero pronto las chanzas de mis compañeros me sosegaron, apartándome de mis cavilaciones.
El desplazamiento me pareció interminable, pues debimos rodear varias cadenas montañosas, particularmente fascinante fue ver el amanecer sobrevolando el lago Bosten, y más aún al pasar por la depresión de Turfan. A partir de allí, nuestro transporte emprendió un ascenso continuo hasta los más de 19.600 pies, allí el aire se tornó demasiado liviano y los vientos demasiado fuertes, el helicóptero nos dejo en la ladera norte del monte ya que ascender más hubiese sido muy riesgoso.
Provistos de mascarillas, antiparras oscuras, y todo el equipo de alpinismo nos dispusimos a llegar a la base. Luego de varias horas escalando, nos descubrimos perdidos, habíamos equivocado el rumbo, el sistema GPS y la radio habían dejado de funcionar apenas descendimos del helicóptero. El sol hacía un par de horas se había escondido tras las rocosas moles y estábamos ofuscados y exhaustos, levantamos nuestras tiendas de campaña bajo una saliente en la montaña y encendimos un fuego que no duro mucho por el escaso combustible con que contábamos. Comimos comida enlatada y nos dispusimos a descansar.
Uno de nosotros, a quien por razones que ya expliqué lo nombraré como Gabriel para ocultar su verdadero nombre, fue el último en quedarse fuera, tal vez un poco desesperado por la situación. De repente lo vimos entrar como una tromba en la tienda del coronel, gritando desaforado, había divisado en la cerrada oscuridad un resplandor verde fluorescente a unos 100 m hacia el sur, el coronel tomó los binoculares para descubrir lo que aparentemente era una bengala química.
Un poco más relajados decidimos postergar hasta la mañana siguiente el reconocimiento.
Me despertó el aroma del café que tantos meses había añorado, y al abrir mi carpa descubrí un astro rey que encandilaba con un fulgor que nunca había visto.
Luego del reconfortante café, fuimos en busca de lo descubierto la noche anterior.
No fue fácil llegar, a pesar de lo cercano, las paredes escarpadas que tuvimos que sortear nos llevaron bastante tiempo y no menos esfuerzo.
Mas. La recompensa fue grande, pues al llegar descubrimos todo un sistema de poleas y aerosillas, casi un teleférico, pero sin techo y para una persona a la vez, construido por nuestro equipo para la ocasión. Ni que decir que saltábamos de alegría, desde allí fue un placer subir al pico.

miércoles, mayo 05, 2004

El primer viaje.


El primer viaje.

El 8 de agosto de 1985 debería estar todo preparado para el primer viaje, éste debía realizarse en un sitio lo suficientemente alto pues de este modo Hemakatl podría alcanzar la elevación necesaria para curvar el espacio-tiempo sin afectar el equilibrio magnético de la Tierra, ya que de no ser así se producirían terremotos. (Hoy gracias a la tecnología que nos aportaron en el futuro, ya no es necesario)
El lugar elegido para posar el Hemakatl era el monte Bogda Fen, en la Región autónoma uigur del Xinjiang, región administrativa con rango de provincia de China, situada en el extremo noroeste del país.
Todo el instrumental, personal técnico y científico, tripulación y despiece de la nave comenzó a transportarse desde Shanghai hacia Urumqi, a unos 60 Km del monte en cuestión, el 7 de Enero del 85.
Mi grupo no participó del montaje y ensamblaje del Hemakatl, ya que fuimos confinados a entrenamiento intensivo en el desierto de Takla Makan o Taklimakan, distante unos 300 Km. de Urumqi, sin otra diversión en esos eternos meses que alguna escapadita al río Tarim, para pescar salmónidos o visitar las poblaciones costeras a bordo de una balsa improvisada con barriles vacíos de combustible -un agradecimiento especial a Yin Liu y su familia que nos rescató de una ciénaga en Lop Nur, cerca de la falda septentrional del macizo montañoso Altun Shan.
El río Tarim penetra en la región rodeando el Lop Nur, y cuando se inunda forma, a su vez, un lago poco profundo. Sin embargo, cuando el río se seca, el nivel del lago baja y subsisten apenas pequeñas lagunas en el interior de la gran depresión pantanosa. Los fuertes vientos del este y del noreste, llenan de arena una parte del lago formando ciénagas. La desgracia fue haber caído en una de ellas, la suerte: la presencia de esta gente en el lugar y su presteza para rescatarnos.
En otra de nuestras incursiones por el salitroso y alcalino río Tarim descubrimos con extrema sorpresa que los peces flotaban de costado, luego caímos en la cuenta de que flotaban así porque estaban todos muertos, qué podría haber producido esa mascre...
Unos días después nos enteramos que el gobierno chino practicaba pruebas nucleares por esa zona. Esto lo explicaba, desde ese momento no volvimos a pescar, aunque creo que si lo hubiéramos intentado, seguramente no habría ni espíritus de peces a lo largo de los 2100 km de río.

El primer viaje (continuación)


El primer viaje (continuación)

El entrenamiento resultó extenuante, nos levantábamos muy temprano: 5 AM, antes del frugal desayuno a base de arroz u otra legumbre parecida a la soja, hervido y sin sal, y té verde de un sabor que no se conoce en occidente, debíamos trotar durante una hora bajo el helado viento y la arena del desierto que, aunque usábamos ropas de abrigo impermeable, pasamontañas, turbantes, antiparras y todo lo que teníamos a mano, para protegernos; igualmente lograba incrustarse en nuestra piel sensibilizada por el frío, generándonos pequeñas heridas cuyo escozor resultaba insoportable por las partículas de sal que eran arrastradas por el viento junto con la arena.
Luego nos dábamos un baño caliente y nos aplicábamos un bálsamo casero a base de aceite de yak (especie de buey tibetano), que nos había dispensado un monje budista en la ciudad de Korla. El yak salvaje, considerado especie amenazada, es un animal robusto, cuyo cuerpo está cubierto por un pelaje castaño casi negro, largo y espeso. El aceite que se obtiene de sus grasas tiene muchos usos en las mesetas y montañas de Asia central, donde el clima es frío y seco.
También su carne fue uno de los majares que consumimos una vez por semana mientras duró el entrenamiento, los demás días la pasábamos a arroz con mantequilla de yak o requesón que se obtiene de la leche del mismo bóvido.
Nuestras mantas de cama estaban hechas también con pelo hilado del mismo animal, muy abrigadas por cierto, más aún que las térmicas que nosotros portábamos.
A las 10 AM después de asear nuestras dependencias y prendas, empezaba la parte teórica del entrenamiento hasta las 04 PM. De allí pasábamos a los distintos simuladores hasta las 07 PM hora de la cena. Luego, la mayoría estudiábamos hasta quedarnos dormidos, algunos jugaban ajedrez o naipes o improvisábamos algún concierto de entrecasa. Eso, si el coronel estaba de buen humor, porque de no ser así, nos tenía cavando trincheras, inservibles, para ningún propósito toda la noche; y quien haya cavado en arena alguna vez, sabe lo fatigosa y molesta que es esta labor, sobretodo con vientos que no bajaban de los 60 Km./h.

martes, mayo 04, 2004

¿Hay seres del futuro entre nosotros?


¿Hay seres del futuro entre nosotros?

No que nosotros sepamos, sucede que al parecer los hubo o mejor dicho los habrá, pero movidos por la codicia y el poder que les daba el saber con anticipación el porvenir, lo usaron para beneficio propio y llenarse de dinero, esto creó un desequilibrio en el entramado temporal, acarreando muchos problemas a las futuras generaciones. Por tal motivo se suspendieron todos los viajes (o suspenderán) entre el año 2013 y 2089 (a esa época no se puede viajar). Luego, con la creación del sistema Psicotrent (que escaneaba las emociones de los tripulantes y cancelaba las misiones si detectaba algún sentimiento indeseable) se retomaron los viajes, mas, en poco tiempo dejó de usarse ya que el mayor Itombe de la Fuerza Aérea de la Unión Africana, logro engañar mediante hipnosis al Psicotrent, por suerte lo hizo para demostrar las falencias del sistema. Desde ese momento y hasta el punto al que nosotros llegamos les está prohibido a los del futuro viajar hacia el pasado.
Ustedes se preguntarán a estas alturas que les impide a los desaprensivos, aventurarse a romper esta prohibición, pues veamos si se los puedo explicar:
Han diseñado un sistema –que nosotros lo tenemos en nuestro ordenador del futuro- por el cual mediante un análisis del tejido dérmico de los tripulantes detecta la época de la que proviene (algo parecido a nuestro método del carbono 14) si alguno de los tripulantes es del futuro, el trasbordador ni siquiera enciende, pero si es de una época anterior, solo viajará hasta esa época y nunca más atrás, hacia el futuro no hay problema mientras el lugar de “aterrizaje” esté despejado.
En nuestro primer viaje tuvimos que someternos a innumerables análisis de sangre, orina, fluidos corporales, y otros tantos estudios, además de una serie de precauciones por las enfermedades que pudiésemos llevar o recibir, allí, en el futuro, gracias a que nos esperaban con un operativo sanitario perfectamente montado y nos inocularon algo parecido a nuestras vacunas, no tuvimos que lamentar ninguna enfermedad ni nuestra, ni de ellos.
Hoy ya no son necesarias todas esas precauciones, nuestro ordenador se encarga de todos los exámenes y “vacunas” sin que nos demos cuenta, mientras estamos sumergidos en nuestras confortables cámaras presurizadas.

lunes, mayo 03, 2004

Nuestro transporte



Trasbordador Hemakatl


(clica sobre la imagen para amliar)

El trasbordador hemakatl esta montado sobre un bastidor de titanio tratado electrolíticamente con tungsteno impregnado, para aumentar su dureza y resistencia a la tracción de los neutrinos.
Esta revestido con una aleación de aluminio y cobalto en una relación 30:1, estampado en una sola pieza en frío, sin costura; lo que lo hace hermético al extremo. Una fina lámina de de vidrio flexible (Flexivicri®) de dos capas lo recubre interiormente, en el espacio hueco entre ambas capas está relleno de mercurio líquido, lo que anula las radiaciones externas.
En su exterior cuenta con una membrana incandescente capaz de generar una temperatura de 300 grados centígrados lo que permite exterminar cualquier bacteria o germen adherido a la superficie. Además del sistema de inversión magnética que repele cualquier partícula de polvo u otro objeto a una distancia de no menos de 100 mm de la cubierta exterior.
Todo esto es elemental para no sufrir los efectos indeseables de la dispersión y reestructuración molecular en un ambiente contaminado, lo que resultaría fatal par la nave y su tripulación.
El sistema de navegación está controlado íntegramente por un bio-ordenador de 7ma generación muy distinto a los conocidos actualmente. Éste nos fue donado en el primer viaje experimental al siglo XXIII y fue instalado por los técnicos de La Alianza Universal. Nuestro antiguo ordenador no superaba a las actuales PC de escritorio (si bien en aquellos años era de una tecnología superior), y nos había acarreado algunos dolores de cabeza, por causa de un pulso magnético muy fuerte que encontramos en nuestro camino y contra el que nuestro ordenador no estaba protegido. Gentilmente nuestros sucesores nos dieron una gran mano con este donativo, pero también nos dieron un largo sermón sobre las leyes universales que rigen el universo, las que nunca debieran romperse. Además, tomaron sus precauciones, el ordenador y también parte del sistema de propulsión, al que le hicieron algunas reformas para que trabaje en conjunto con el primero, están sellados en sendas bóvedas de un material semejante al vidrio, (o más exactamente podríamos compararlas con pompas de jabón), durísimas y con un mecanismo de implosión instantánea, por si alguien decidiese violentarlas.

domingo, mayo 02, 2004

¿Porqué solo podemos viajar al futuro?.


¿Porqué solo podemos viajar al futuro?.

Te preguntarás porque viajar al futuro y no al pasado también.
Pues mira, no sería factible viajar al pasado pues no se hubo inventado hasta ahora un transbordador temporal como el Hemakatl.
Solo, al viajar hacia el futuro, podemos volver a cualquier instante en el que existe nuestro transbordador Hemakatl.
Nunca podremos retroceder más allá de su creación y puesta en funcionamiento.

sábado, mayo 01, 2004



¿No crees que se pueda viajar al futuro?

Si esa es tu creencia aya tú, no sigas leyendo este Weblog.
Pero si eres una persona de mente abierta, con espíritu aventurero, de criterios flexibles, que te animas a enfrentar la cruda realidad con pragmatismo e inteligencia, puedes ser parte de nuestro selecto grupo que viajará al futuro, a bordo de nuestra nave temporal Hemakatl.







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