lunes, mayo 03, 2004

Nuestro transporte



Trasbordador Hemakatl


(clica sobre la imagen para amliar)

El trasbordador hemakatl esta montado sobre un bastidor de titanio tratado electrolíticamente con tungsteno impregnado, para aumentar su dureza y resistencia a la tracción de los neutrinos.
Esta revestido con una aleación de aluminio y cobalto en una relación 30:1, estampado en una sola pieza en frío, sin costura; lo que lo hace hermético al extremo. Una fina lámina de de vidrio flexible (Flexivicri®) de dos capas lo recubre interiormente, en el espacio hueco entre ambas capas está relleno de mercurio líquido, lo que anula las radiaciones externas.
En su exterior cuenta con una membrana incandescente capaz de generar una temperatura de 300 grados centígrados lo que permite exterminar cualquier bacteria o germen adherido a la superficie. Además del sistema de inversión magnética que repele cualquier partícula de polvo u otro objeto a una distancia de no menos de 100 mm de la cubierta exterior.
Todo esto es elemental para no sufrir los efectos indeseables de la dispersión y reestructuración molecular en un ambiente contaminado, lo que resultaría fatal par la nave y su tripulación.
El sistema de navegación está controlado íntegramente por un bio-ordenador de 7ma generación muy distinto a los conocidos actualmente. Éste nos fue donado en el primer viaje experimental al siglo XXIII y fue instalado por los técnicos de La Alianza Universal. Nuestro antiguo ordenador no superaba a las actuales PC de escritorio (si bien en aquellos años era de una tecnología superior), y nos había acarreado algunos dolores de cabeza, por causa de un pulso magnético muy fuerte que encontramos en nuestro camino y contra el que nuestro ordenador no estaba protegido. Gentilmente nuestros sucesores nos dieron una gran mano con este donativo, pero también nos dieron un largo sermón sobre las leyes universales que rigen el universo, las que nunca debieran romperse. Además, tomaron sus precauciones, el ordenador y también parte del sistema de propulsión, al que le hicieron algunas reformas para que trabaje en conjunto con el primero, están sellados en sendas bóvedas de un material semejante al vidrio, (o más exactamente podríamos compararlas con pompas de jabón), durísimas y con un mecanismo de implosión instantánea, por si alguien decidiese violentarlas.